Saturday, July 29, 2006

Amantes: reportaje

Ellas

El cielo cayó aquella noche sobre mi espalda, hacia frío, una lagrima corrió por mi mejilla al colgar el teléfono, sus últimas palabras aún retumbaban en mi cabeza y un fuerte dolor en el pecho me obliga a llevarme las manos al corazón, “sabias cual era mi posición desde un principio, ojalá encuentres a la persona que te de lo que yo no pude, suerte y adiós”.
Parada, estática, casi sin respirar, no quería moverme, no quería pensar, no quería sentir, cualquier posibilidad de movimiento sería tan doloroso que entraría en shock.
No pude contener el llanto, sí, sabia que esto pasaría, sabia que la relación con un hombre casado tendría que terminar algún día, los recuerdos comenzaron a surgir...

Dos amigos juegan a devorarse el mundo. Una aventura, amistad que enlaza un sentimiento y el deseo de comenzar en lo prohibido.
Los mejores amigos, los mejores amantes, uno tras el otro, juntos podian comerse al mundo, explisiones de fuerza y pasión, encontranado nuevas formas de vivir, alegría y tristeza, siempre en presencia del otro.
Poco a poco la situación cambió, no me pregunten en que momento ocurrió, porque no lo sé, comencé a sentir esas cosquillas tan significativas al verlo, pensaba en él con mayor frecuencia y por tiempos más prolongados, un beso ya no sabia sólo a un beso, ahora era dulce, sabía como el más exquisito postre, me provocaba un efecto de idiotez y al mismo tiempo me sentía caminar entre nubes, en ese momento lo supe, y me dije :¡ Eres una idiota, pasó... te enamoraste!
El tiempo transcurrió y ese cariño de amigos que en un principio sentía, se convirtió en enamoramiento para culminar en amor.

Con un esfuerzo supremo camine hacia el espejo y en frente de él me reproche mil y una veces permitir su partida, me pregunte en qué momento cambie a mi amigo por una pareja, las cosas serían tan fáciles si no me hubiera enamorado.
No quiero perder a ese ser que me incita a vivir, porque el ha sido lo mejor de mi vida, no me arrepiento de lo que hice, de comenzar una relación con él, de vivir intensamente a su lado, de regalarle todo lo que soy, de obsequiarle mi corazón sin pedirle el suyo, no me arrepiento de haber sido feliz, no me arrepiento...pero lo perdí.
¡Que lastima! No tenía de donde elegir, no podía seguir esperando algo que tal vez nuca llegaría, por una única razón, “porque nuca me lo ofreció”.
Yo me confundí, yo fui la que me equivoque, lo amo tanto que forme una vida a su lado sin percatarme que podía formarla conmigo, quería ser libre, pero es imposible si existe el engaño, eso, lo entendí después de dos años, ¡que bueno! Pudieron haber sido muchos más y ahí sí el dolor me mataría.
No me quedó otra salida, no me dio más posibilidades, y sólo tome la que creí mejor, si algún día fuimos amigos antes de ser amantes, podríamos volver a serlo, por qué no, aunque en lo así profundo de mi ser se aloja la esperanza de que algún día regrese como mi amigo y mi amante.
Miro el espejo, las lagrimas se agotaron, ahora es tiempo de decidir y decido... ser feliz.



Dentro de este mundo, país y particularmente en esta ciudad, existe un sin numero de historias humanas, las más frecuentes son la un amor inconcluso, prohibido o desencantado, relaciones hombre –mujer (difícil de entender), unidas por un sentimiento.

Uno de las temas más polémicos en nuestra sociedad es el amor prohibido, existen muchos situaciones de esta índole pero en esta ocacion me enfocare a el trío amoroso, a la mujer marcada por la sociedad por el único error de haberse enamorado, LA AMANTE.
Ser la amante para muchos podría sonar desgarrador, La Amaanntteeeee.... ¿terrorífico no?, podría decir que para el común denominador esta palabra es sucia, indecente, y como posición humana, la más baja y cínica posible.

La definición de la palabra “Amante”, es un hombre o mujer que ama, pero socialmente se le llama de ésta manera a la mujer u hombre que entabla una relación sentimental sexo-erótica con una persona casada.
¿Correcto o incorrecto? Todo depende del cristal con que se mire, en esta situación todo es muy relativo.
No pretendo reducirlo a bueno o malo, darle un carácter moral o justificar acciones que talvez llevarían a una lucha entre féminas.
El principal propósito es tratar obtener otra mirada.

Se ha creado un estigma alrededor de “La Amante” como una mujer, fría, calculadora, una “perra”, la golfa que sólo quiere destruir matrimonios, conseguir una buena posición económica, o sólo divertirse, toda una fichita por no decir un mounstró.
Es verdad que algunos entes se acercan a esta descripción, ¿qué mujer no ha pasado por una decepción y termina diciendo: “todos los hombres son iguales”?. Nada más alejado de la realidad, de la misma manera, no todas somos iguales, “las amantes también lloran”.
Imaginemos una escena donde encontramos a un hombre, ese príncipe azul que siempre soñamos, amigo incondicional, un hombre que renueva las ganas de vivir, inteligente, sensible, gallardo, tierno, divertido, frágil y fuerte, ¿que partido no?. Pues ese hombre mítico, es casado.

Teóricamente, la primera reacción normal de alguien que no quiere sufrir sería alejarse y correr lo más pronto posible para evitar ser seducida por sus encantos, se escucha bien en la teoría pero en la practica es diferente.
Cuando menos lo esperas, “lastima..., ¡demasiado tarde!”, sin pensarlo se ha convertido en tu mejor amigo, poco después en parte fundamental de tu vida, el tiempo pasa y cuando menos te lo esperas estás perdidamente enamorada de aquel hombre imperfecto y lo peor, eres correspondida.

El conflicto comienza, te percatas de lo importante que es en tu vida : “Lo amo, pero es casado, quiero formar una vida con él, pero él no puede formarla conmigo, quiero ser libre para vivir, pero estoy engañando a otra persona, quiero tenerlo junto a mi, pero el no puede estar ahí”.

Entre el quiero y puedo existe una gran diferencia, lo que se quiere siempre se puede, sólo que al decidir existen prioridades, cuando no se puede es porque existen factores externos que lo prohíben pero cuando la decisión está en sus manos ahí se utiliza el “no quiero”.
Es comprensible cuando el hombre en cuestión te dice : ”quiero estar contigo pero no puedo, estoy casado y no me puedo separar por múltiples razones”. Realmente desean y quieren estar contigo pero existe una prioridad, entonces cada quien toma decisiones según su prioridad, “quiero estar contigo” pero si lo hago tendré algunas consecuencias y no quiero tenerlas, por lo tanto, quiero terminar nuestra relación aunque no lo deseo, pero con esto evitare estas consecuencias.
Es lógico que dentro de esta sociedad no te van a decir “no quiero" como gramaticalmente debería ser usado pero es aceptable el no puedo.
Con esto podemos entender que dentro de este tipo de relaciones existen prioridades, por tal o cual razón, pero al fin y al cabo prioridades.

Las amantes suelen ser conformistas: “ Me conformo con un poco de cariño, de tiempo, espacio, comparto sus noches, pensamientos, su vida dividida, no pido más”.
Los verdaderos problemas comienzan cuando al transcurrir el tiempo las reglas marcadas en un principio se vuelven obsoletas, cuando se necesita encontrar un sentido real a la relación, vislumbrar un futuro con la persona amada.

Luchar, arriesgar, entregar el alma y la pasión, muchas veces aquella persona a quien con desprecio llaman “la amante” se entrega en un combate cuerpo a cuerpo, a una lucha desgarradora, amigos, familia, conflictos, vida, por conservar un amor al que se aferran con todas sus fuerzas, a ese que posiblemente no luche, por un sin numero de razones, ese amor que desde un principio planteo una postura y lógicamente no cambiará.

Es difícil encontrarse en una situación similar, pero uno toma decisiones y como resultado tenemos que afrontar las consecuencias de forma responsable y más honesta posible, algunas de estas mujeres deciden que su felicidad es estar al lado de ese hombre por el resto de su vida aunque siempre se encuentren en la oscuridad, otras optan por la separación total acompañada de la frase ¡ojalá y nunca nos volvamos a ver!, aunque otras toman caminos diferentes, ¿cuales? Esa pregunta sólo la podrá contestar el corazón de aquellas mujeres que se arriesgaron a creer y a amar.

Al final de todo la pregunta existente es ¿estoy haciendo lo mejor para mí? Cualquier decisión que uno toma para si mismo, siempre es la mejor mientras sea honesta, a veces nos aferramos a lo más parecido a nuestro hombre soñado, ¿por qué aferrarse a alguien que no se aferra a ti?, ¿por qué pensar que es el hombre de tu vida cuándo la articulación de un todo no te favorece y aunque luchaste y luchaste sigue sin favorecerte?, ¿por qué decir que eras absolutamente feliz cuando de vez en vez llorabas por estar escondida?.
Parafraseando a Monica Brawn columnista de la revista chilango: "cuando una mujer ama a un hombre casado, no queda más que disfrutar esa relación hasta el último momento, pues cuando las dudas y el dolor se vuelve insoportable no queda más que terminar y ya".